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miércoles, 13 de julio de 2011

"El sol seguirá amaneciendo" - Conspiración de Células del Fuego (1º Parte)


El 30 de mayo fue publicado el folleto “El sol seguirá amaneciendo”, que contiene una cronología de ataques realizados por CCF recopilada por “Solidarixs con el caso de O.R. Conspiración de Células del Fuego” y el siguiente texto firmado por el grupo en cuestión:


“El sol seguirá amaneciendo”
“El saber determina un proyecto, cada proyecto es nuevo y determina sus momentos, cada momento es nuevo, pero al mismo tiempo surge de la memoria de todos aquellos que habían existido antes que ello.”

El Interior de lo Absoluto

El comienzo

La o. r. Conspiración de Células del Fuego no empezó su acción desde la nada. No fue como si una línea recta había cortado el espacio/tiempo. Era una perspectiva que gritaba desde el pasado. La Conspiración constituyó una síntesis colectiva y conexión entre vivencias y puntos de vista de todos nosotros que participamos en ella, sacando valiosas conclusiones de las experiencias de proyectos subversivos y ataques en cuales hemos tomado parte en pasado.
Era nuestro deseo de hacer un paso más allá. No para subir algún escalón de una jerarquía informal del fetichismo de la violencia y sus medios, sino simplemente para avanzar, ir adelante y explorar nuevas perspectivas. Pasar de un “grupillo de amigos” a la organización, de lo ocasional a algo constante, de lo espontaneo a la estrategia.

En este recorrido tomamos postura crítica hacia el pasado, pero nunca le hemos deshecho como algo hostil. Somos engendro nativo de la anarquía, de sus momentos fuertes y de sus grandes vacíos. Además, la crítica y la auto-critica no tienen como objetivo poner fin a algo, sino al contrario: aspiran a evolucionarlo. El hecho que ahora no vamos a alargarnos con un equivalente resumen crítico no significa que tenemos miedo de reconocer a nuestros errores, sino porque en una tal búsqueda la distancia y sangre fría dan mejores consejos que la espontaneidad.

En ninguna fase de nuestra breve e intensa historia habíamos perdido la memoria colectiva del ámbito anarquista del cual venimos. Además, creemos que hemos descubierto algo que tenemos en común con los compañeros que empezaron la lucha antes que nosotros, que habían llevado a cabo sus propias batallas, habían sido detenidos, habían sido encarcelados, pero nunca agacharon sus cabezas. Hemos descubierto la no arrepentida pasión por la revolución que acopla historias y realidades de lucha de las diferentes décadas en una perspectiva común de la liberación individual y colectiva.

Desde esta perspectiva estamos forjando nuestro propio alfabeto. Hablando el idioma de acción directa propusimos abiertamente la cuestión de crear unas infraestructuras organizadas. Frecuentemente, el concepto de la organización nos extraña como anarquistas, porque lo consideramos como algo idéntico con la jerarquía, los papeles, la especialización, los “tú tienes que” y los deberes. Sin embargo, las palabras adquieren el significado que les dan las personas que las utilizan. Por lo tanto, hemos lanzado a la batalla el significado de organización anarquista revolucionaria bajo el nombre Conspiración de Células del Fuego.

El camino de la chispa hacia la llama

Desde el primer momento hemos rechazado la idea de un modelo centralista y elegimos de movernos a base de la iniciativa individual que desea de colectivizarse. En las reuniones de organización surgieron cuestiones de coherencia, constancia, responsabilidad colectiva e individual, y de la acción directa que transforme nuestras palabras en actos. En la asamblea del grupo cada compañero tuvo la posibilidad de hacer su propuesta sobre algún plan de batalla, para que asi se abriese un debate en torno de ese tema, de la coincidencia del tiempo, análisis política, problemas operativos del objetivo debidos a su ubicación. Durante tales discusiones no hubo ninguna garantía que llegaremos a un acuerdo. Algunas veces se desarrollaba una fuerte dialéctica de la argumentación opuesta, relacionada sobretodo con la estrategia de las prioridades temporales, mientras que muy frecuentemente llegaban más que una propuesta, y entonces tuvimos que elegir cuales vamos a seleccionar y cuales se quedaran en “el almacén” para ser elaboradas en el futuro. Era un proceso que nos permitió abrir más a nuestras mentes, ampliar nuestras percepciones, íbamos aprendiendo de las diferentes experiencias de cada uno, íbamos defendiendo vigorosamente a nuestras opiniones, supimos de reconocer a nuestras errores, entendíamos el concepto de dar forma a algo juntos, estuvimos conscientes de la necesidad de tener una estrategia, y lo más importante de todo, hemos creado relaciones que no fueron “profesionales” y hechas en el nombre del objetivo de la revolución, sino relaciones de amistad, verdadero compañerismo y autentica solidaridad.

Amamos lo que hacemos porque nos contiene en toda su esencia. Por esto la Conspiración no es sólo todos nosotros juntos, pero también cada uno de nosotros aparte. Así, hasta en los casos en que no hubo un acuerdo colectivo sobre alguna movida, no hemos recurrido a la “mendicidad” de un democrático predominio de la mayoría. Al contrario: la minoría de compañeros que insistía en llevar a cabo tal ataque tomaba una iniciativa autónoma que ponía en marcha su opción. Eso ocurría paralelamente con el resto del colectivo, el que, si se precisaba, en algún momento les apoyaba y naturalmente formaba parte de la organización.

Por esto en bastantes de las reivindicaciones hay firmas (Fracción de los Nihilistas, Comando Respiro de Terror, Grupo Guerrillero de Terroristas, etc.) que eran resultado de cada iniciativa. En segunda fase, después de llegar al acuerdo, sea como todo el colectivo o sea como una iniciativa, se iba planteando el golpe. Cada uno de nosotros contribuyó con sus saberes, se iba colectando informaciones de los diarios, periódicos y Internet, se realizaba el reconocimiento y cartografía de la zona en que se iba a hacer la acción, se planeaba el trayecto hacia el objetivo (evitando cámaras, bloqueos policiales), como también la huida desde allí, con rutas alternativas en caso de algún acontecimiento imprevisible y naturalmente considerando la eventualidad de enfrentamiento con los maderos, ademas la existencia de grupos de apoyo, “escondites”, medios de primer auxilio, etc. (En un futuro manual vamos a desarrollar analíticamente nuestras experiencias que tienen que ver con nuestra percepción sobre lo que pasa durante la realización de un ataque).

En tercera fase (que no era para nada recortada de la propuesta inicial sobre la selección de un objetivo) íbamos trabajando sobre el texto del comunicado. Cuando se abría un tema (por ejemplo ataque contra la policía), el compañero que trajo la propuesta argumentaba sobre el contenido. Luego se abría una discusión en que cada uno rellenaba el concepto, estaba en desacuerdo, exponía dificultades, ofrecía otras maneras de abordar el tema…Apenas terminaba la debate, cuantas que sean reuniones necesarias para terminarla, el colectivo ponía junto los sentidos centrales de todas esas charlas y configuraba los ejes sobre las cuales se escribía el comunicado. Frecuentemente, el comunicado con tema asignado se repartía entre los que tenían ganas de asumir escribirlo y después de acabar la movida, nos íbamos reuniendo todos para leerlo, hacer correcciones, adiciones y la aplicación final. Cuando se trataba de una iniciativa eso asumía la iniciativa misma.

Lo mismo pasaba también con los compañeros de Tesalónica, mientras que cuando íbamos colaborando como Conspiración de Células del Fuego Atenas/Tesalónica hubo compañeros de uno y otro lado que coordinaban la acción, a base de los principios de reciprocidad y compañerismo.


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